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Será necesaria una revisión de la ley de investigación española

El ARNTodo avance en investigación llega aparejado de un debate ético y moral, sobre todo si está relacionado con la creación de vida y, en el caso del estudio que se publicó ayer, de la creación de embriones con fines científicos. «Este avance nos ha abierto una gran cantidad de dudas y las legislaciones de los países se van a tener que ir amoldando», afirma LuisMontoliu, investigador científico del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (CIBERERISCIII), así como miembro del Comité de Ética del CSIC.

Lo que han conseguido investigadores estadounidenses, chinos y el español Juan Carlos Izpisúa es borrar una enfermedad genética del embrión, a partir de la técnica del «corta y pega» genético o CRISPR-Cas9. «Este experimento no se puede realizar en España y es una técnica que está muy restringida. Creo que este experimento nos enseña mucho, pero debernos centrarnos en los pacientes que sufren enfermedades hereditarias o raras», añade Montoliu. Este experto insiste en que «va a ser necesario un concienzudo debate ético y, aún así, nova a ser un procedimiento clínico habitual». No obstante, insiste en que este tipo de revolución científica abren la puerta a «revisar las normas vigentes, como la ley de investigación biomédica de 2007 o el Convenio de Oviedo que firmamos en 1997. Se debe dar un debate en el Parlamento para alcanzar un nuevo consenso en esta materia. Determinar qué se puede esperar y no de estas tecnología y esa labor es de la sociedad y de los políticos. Nosotros, como investigadores, sólo podemos dar una opinión profesional y técnica», sostiene Montoliu.

Este investigador, que trabaja con pacientes con enfermedades raras, no descarta que «muy pronto crucemos la siguiente línea roja: que se implante el embrión modificado y nazca un bebé». Y es que la técnica que han utilizado se creó hace tan sólo cuatro años. Y avanza muy rápido.

Sin embargo, los autores del descubrimiento no lo ven tan claro. «Aunque la investigación es interesante, debernos poner cierta perspectiva. La mayor parte de los niños son concebidos de manera natural y las enfermedades son diagnosticadas durante el embarazo o tras el nacimiento, no antes. Si bien la tecnología que hoy publicamos pudiera ayudar a algunas personas antes de concebir a sus hijos lo más importante es tratar de prevenir/mejorar las enfermedades que la gente tiene, no las que podría tener. Por ello creo que el verdadero avance será cuando podamos hacer que esta tecnología sea segura y eficiente en estadios posteriores, durante el embarazo o al nacer el bebé, o más tarde en la vida adulta. En ello estamos en mi laboratorio, y cuando demostremos que es eficiente y seguro, estoy convencido de que los impedimentos legales (en este caso que te digo sobre todo, ya que lo que corregiríamos son células somáticas y no germinales, por que lo se mitigan todas las cuestiones éticas) desaparecerán en todos lo países», explica Juan Carlos Izpisúa.

Fuente: La razón

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